jueves, 3 de enero de 2013

Para mi padre, yo y mis circunstancias, hoy.


La vida se desmorona en cuestión de segundos,condenada a inclinarse y agostarse cuando menos te lo esperas.Los hombres ascienden y luego caen. Y hoy, es la  jodida y pura necesidad de esperar a alguien o algo , la que nos empuja constantemente contra aquella eterna valla de los filamentos punzantes, aquella muralla imbatible y moldeable a la vez, que llamamos fantasía, ilusión, alucinación o fábula , la que ciega a nuestro espíritu y lo convierte en un objeto estático incapaz de responder ante sus propios estímulos.Difícil de alcanzar, complejo, desenredado y complicado de interpretar. Nuestro sueño. 
Y permanecemos inmovilizados, aguardando. Sentados en modo de espera en una butaca acordonada de espinas que nos roza y nos hiere dolorosamente con pequeñas heridas que nos producen cierta incomodidad interminable.Por culpa de la nada, a causa de todo.Y el todo es inventado.¿Por quién? Nunca se supo.

¿Y jugar pensando que nada resiste tanto como lo provisional ? Qué todo se va, todo cae, todo se rinde,concluye y se apaga.
Ahí nos damos cuenta. 
Ahí despertamos medio dormidos,más de una vez, en nuestro lecho para comprobar inocentemente que todo sigue su curso natural, pero topamos con el caos. Nada es favorable, todo es incomprensible y sombrío, volvemos a cerrar los ojos, y volvemos a caer de nuevo. 
Los hombres ascienden y luego caen al apagarse las luces.Dicen que los soñadores cansan, deben morir antes de que nos maten con sus condenados sueños, y es cierto. Ellos deliran, están perdidos y nos confunden, pero están vivos.

Viven bajo esas luces que les otorgan el camino de su propia satisfacción.Regalan rosas con espinas y creen que en buena compañía nunca hay ni un mínimo tiempo perdido, que si alguien tiene algo que decir que de un paso al frente y se quede en silencio, y cuando se nos de un trozo de limón, que se intente sencillamente hacer una deliciosa limonada, para entregarla. A veces envenenada,otras veces no, pero que siempre hay que acabarla, y entregarla.

Yo y mis circunstancias hoy, nos enriquecimos en posesiones, esclavizamos nuestras almas con todas las cosas que consiguen destruir a esos hombres .Soñamos y estamos fundidos en ese desconcierto. Enfrentados bajo ese mismo techo,ese mismo silencio, nos peleamos y tropezamos en efecto mariposa. Sin sentido alguno , pero dialogando de lo nuestro,nos respetamos aunque seamos enemigos, y seguimos el curso de los soñadores, es decir, vivimos, en definitiva somos.Nos hemos dado cuenta y nos hemos depojado a tiempo de lo innecesario, y seguimos. Y nos dimos cuenta de repente que los hombres ascienden y luego caen al apagarse las luces, pero sus almas permanecen eternamente vivas.

 SAMAD MADKOURI 
Para mi padre, allá donde su alma esté


No hay comentarios:

Publicar un comentario