viernes, 25 de mayo de 2012

La belleza del caos en su perfecto estado de orden y simetría.

Anoche soñé que el mundo se estaba desmoronando, pero yo sabía que si alguien me empujaba hacia atrás -involuntariamente-, me evitaría así que un escombro me callese encima y si agluien se atrevía a empujarme  hacia adelante, justo atrás de mí se abriría  un hoyo en el suelo y me tragaría para siempre.Siento que estoy en la cuerda floja bajo la influencia de un libre albedrío que me lanza contudentemente contra el maleable muro de vivir al límite.
El mayor cambio en mi vida vino de la mano de un extraordinario experimento caótico. Fue una época de muchos cambios en la que noté como si algo se hubiera resquebrajado en mi interior. Por esa fisura se colaban intensas sensaciones, recuerdos, ansiedad, tristeza … y todos mis miedos salieron a la superficie a charlar como si de una conversación de amigos se tratase. De repente, todo lo que formaba parte de mi vida se había puesto en interrogante y me sentía terriblemente abrumado.No entendía absolutamente nada. Sólo sabía que jugaba las partidas de un caos en geometrías diferentes que me iba a transportar a la dimensión de una nueva vida.
Buscaba distorsionar un esquema previo de un viaje existencial que iba a desembocar sus aguas en un rutinario océano de "todos", y no quería formar parte de ese grupo de "todos". Sólo quería estar.Y lo conseguí porque de repente me ví enredado en una etapa de absoluto desorden que me conducía a desaprender lo aprendido y tocar el techo de una nueva sensación de experimentar la vida en todas sus dimensiones.
Ahora me observo desde fuera y veo caos, mucho caos. Un desequilibrio que solo me pide como premisa ser, hacer y luego tener. No quiero tener sin ser. No quiero ser sin hacer.Quiero buscar el caos que me agite y luego el orden que  despierte en mí una sensación de optimismo constante, que me diga que todo es correcto, todo está en completo equilibrio, belleza suprema y absoluto orden caótico.



Samad Madkouri




viernes, 9 de marzo de 2012

Arte para sanar a la humanidad

En esta sociedad plagada de niños consumidores que asisten al combate de inhumanas multinacionales devorándose sin piedad cual fieras ante un pedazo de carne cruda repleta de sangre fresca, en países que, cual sapos soñando con tragarse la luna, tratan de crecer succionando las energías vitales del planeta, quien más quien menos, abandonando el desarrollo espiritual,la esencia de uno mismo, el actuar conscientemente ante la vida, trata de crear empresas que den ganancias millonarias. Los pequeños comerciantes son tragados por super-mercados; la política, la religión, el arte, las universidades, la ciencia, danzan como los perros de circo por dinero. Mientras ellos cumplen esta misión para enseñarnos con sus aspiraciones egoístas que la crueldad existe y no forma parte de nuestra esencia humana, una minoría aspira a amar, y comprometerse a compartir y a vivir de acuerdo a las leyes universales.
Durante estos últimos días comenzó a difundirse un vídeo de un colectivo americano que está haciendo eco en las redes sociales. Se trata de un proyecto extraordinario que muestra un verdadero acto de solidaridad, cooperación y compromiso.En estos tiempos tan veloces donde el ser humano apenas recuerda como es el acto de respirar, nos encontramos con un grupo de personas que aún tiene claro que su misión en este planeta es comprometerse a sanar a la humanidad.


Vean con sutilidad de principio a fin esta obra de arte:




viernes, 24 de febrero de 2012

Cuántas más personas decidan por encima de ti… ¡más estrés, peor salud y menos años vivirás tú!

...El problema es que nuestro cerebro es capaz de imaginar peligros…, ¡y que sólo con imaginarlos desencadena unos efectos idénticos a los peligros reales! Aquí surge el miedo.
  
¡Qué arma de doble filo, este cerebro…!
Sí… Esa capacidad de imaginar, de anticipar los pensamientos del prójimo, nos apartó de las bestias. Si yo mandase, dedicaría los tres primeros años de la educación primaria a enseñar a los niños cómo gestionar sus emociones. ¡Es algo primordial! Sólo así podrás ser dueño de ti.

¿Y cómo enseñaría esto?
Les ayudaría a identificar sus miedos, repugnancias, ira, felicidad… Les enseñaría que esas emociones nos hacen humanos, y les enseñaría el placer de la búsqueda, y les enseñaría empatía: ponerse en la piel del otro…

¿Qué más?
La importancia del detalle: “¡Que el bosque no os tape el árbol!” Ah, y que los rituales son útiles, nos ayudan a vivir.
La política y la empresa deberían mirar ya a los hallazgos de la ciencia, ¡a los hallazgos del gran neurólogo Robert Sapolsky!

¿Qué ha descubierto este Sapolsky?
Que la felicidad es un gradiente social: cuanto más sometido estás a decisiones ajenas en una escala jerárquica laboral o social, ¡mayor estrés, mayor infelicidad padeces!
Cuantas más personas decidan por encima de ti… ¡más estrés, peor salud y menos años vivirás tú! Y esto nos afecta a todos, seamos pobres, de clase media o ricos. En suma: ser el dueño de tus decisiones y verificar sus consecuencias es una clave básica de la felicidad.

¡Ajá! Pero hablaba usted de que tenía dos claves de la felicidad: ¿cuál es la otra?
Que lo que hagas absorba tus cinco sentidos, y que eso que haces desarrolle tus inclinaciones innatas. A mí me pasa eso: ¿entiende ahora por qué yo no puedo ser más feliz?

¿Y si uno no sabe qué hacer consigo?
Ah, por eso desde niños deberíamos disciplinar la concentración, el esfuerzo: la disciplina te ayuda a buscar lo que te gusta, a exigírtelo…, a buscarte tu propia felicidad.


Extracto de una entrevista a Alejandro Jodorowsky



 

sábado, 4 de febrero de 2012

La humanidad de hoy en día está domesticada.

Dice que el sistema educativo solo sirve para mantener la sociedad actual. ¿Cómo podemos cambiar el mundo con la educación?
La educación tendría que pasar de ser un órgano reproductor de la sociedad que tenemos a ser un órgano de fomento de la evolución. Habría que dejar de usar la educación como sistema de adoctrinamiento o de reclutamiento para esa sociedad. Hay un elemento despótico: se usa la escuela para domesticar. Tendríamos que usar la educación para formar seres completos.

¿Y qué es un ser completo? 
La educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación. Crea gente infeliz, que desarrolla neurosis y enfermedades psicosomáticas, que no funciona bien en el trabajo. 

 Usted no está a favor de las notas. 
El sistema de aprendizaje basado en notas viene a decir que hay que aprender para comerse la zanahoria. Las cosas verdaderas se aprenden por amor a aprender, por amor a la verdad, por deseo de saber. Los niños tienen gran curiosidad, pero se les va matando esa curiosidad cuando se les obliga a repetir cosas aprendidas. Sobre su pregunta anterior, un ser completo no es solo un ser inteligente; también es amoroso y tiene una sabiduría instintiva. Esta sabiduría es sagrada para las culturas chamánicas, que tenían mucho contacto con el animal interior. El alma es como un animal.

¿Los maestros tienen que estimular al animal interior? 
Sí. ¿Sabe cómo? Enseñando con una actitud amorosa. No siendo explotadores disfrazados de
buenos maestros. 

¿Explotadores? 
Le roban al niño muchas horas de su vida durante muchos años de escuela. Lo mantienen en una incubadora, inmóvil en la clase aprendiendo estupideces que poco le van a servir para la vida. La verdad no se aprende en libros que hablan de lo que dicen otros libros. Eso es un conocimiento muerto. No hay prueba científica de que la educación de ahora sirva para el desarrollo de las personas. Por suerte, los niños tienen el buen instinto y sentido que les dice: "Esto no va conmigo, no responde a mi situación existencial". Y, además, está el ego. Se nos educa para cultivar el ego.El ego es una prisión. Una mente chica. Un tejido de emociones destructivas y carenciales. Por eso,la envidia, el orgullo, son lo que mueve a la mayoría durante la mayor parte de su vida. Hay que conocer al ego para no ser su esclavo. 

¿Cómo es su ego? 
Es un buen burrito de carga. Lo uso para mis tareas. 

Según usted, ¿cuál es el mayor problema del mundo? 
El virus del lenguaje. Se mira todo a través de un exceso de juicios. No vivimos de forma natural,sino a través de conceptos intermedios, de lo que debería ser y cómo debería ser. Y el dinero. Hoy en día, lo único grande es el dinero. Es como si la gente estuviera loca por el dinero. Como decía Antonio Machado, solo un necio confunde valor y precio. 
¿Qué es lo real?La experiencia vivida. Pero la experiencia humana es como la cebolla. Hay cosas profundas y superficiales, incluso en el mundo emocional. Para un místico, lo real es el meollo de la conciencia.El ser es lo real. Y la gente no tiene esa experiencia del ser. La gente busca el ser generalmente donde no está: en el placer, en la intensidad, en tener. Casi toda su vida es un sentido de déficit, porque no saben que existen. Una persona que ha llegado a sí misma es la que ha llegado a saber que es.Usted lo descubrió en el desierto.Fue la sala de partos. El comienzo de una nueva vida. Yo era un buscador sediento, me había acercado a muchos maestros, pero no había metido la cabeza en el cielo, excepto con algunas experiencias psicodélicas. En el desierto empezó la posibilidad de encontrar una conciencia contemplativa, de entrar en contacto con lo divino, se le llame como se le llame, porque yo no simpatizo con los que hablan de Dios. 

Dios no está de moda. 
Y con razón, porque se ha usado su nombre más que en vano. El nombre de Dios lo han usado mucho los bandidos.


¿Y usted ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
Yo ya llegué al cielo, y lo perdí. Me gustaría terminar de volver a la tierra. Sembrar aquí, en la tierra, lo que encontré en el cielo. Yo estoy creciendo, estoy en desarrollo. Por ejemplo, cada vez hablo con más fluidez. También me gustaría tener el corazón más grande, servir más a los otros y estar al servicio de lo que la vida me diga.



Entrevista a Claudio Naranjo por el diario de Catalunya






lunes, 30 de enero de 2012

Cuéntale a un adolescente que vive en una sociedad de “trabajar, mirar y gastar”




¿Algunas veces te has preguntado de dónde proceden las cosas que compras? ¿Es necesario que te hagas esa pregunta?

Todas las cosas que obtienes después de una compra se mueven a través de un sistema lineal: 


      Extracción   producción   distribución   
consumo       disposición

Esta es la realidad que conocemos de este proceso o por lo menos lo que les interesa que veas. Lo que tú no aprecias es lo que está pasando realmente detrás de cada proceso antes de adquirir tu producto final.


¿Les interesa? ¿A quién?

En cada una de las fases trabajan personas, y en cada una de ellas algunas son más importantes que otras. Es más, algunas son más escuchadas que otras. Durante estos cuatro procesos aparecen dos figuras esenciales que “sustentan” el motor de la economía. El gobierno y las empresas. Conforme éstas han ido adquiriendo más ganancias y poderes económicos hemos visto como el gobierno ha ido adaptándose a sus necesidades y al final se ha convertido en esclavo de sus peticiones. Esto es, como tengo mucho dinero cualquier cosa que necesito del gobierno, la puedo comprar.


La extracción

El poder económico ha logrado extraer una exagerada cantidad de materia en tan poco tiempo. Utiliza el verbo extraer para referirse realmente a explotar, agujerear y  destruir. Cortamos árboles, volamos sistemas montañosos, contaminamos el agua y eliminamos animales. Aparece como protagonista la ambición por obtener todo en grandes cantidades.

Cuando en un país se acaban los recursos. Ahí están las empresas para acudir a seguir destruyendo los países de los demás. Si el país resiste, aparece el gobierno para echar un cable pero… “a su manera”

Según las empresas y el gobierno, los tipos invadidos es lo que menos importa. No pertenecen a su cadena productiva, ya que ni compran y disponen de los recursos financieros para seguir el ritmo de los invasores. O te unes con nosotros o morirás de hambre. Si no nos compras lo que producimos, no nos vales.

La producción

Lo que han extraído lo llevan a las fábricas y comienza la producción. Cualquier producción necesita de una cantidad inmensa de tóxicos químicos para llevarse a cabo. La mayoría de ellos no fueron analizados para ver si impactan o no en la salud humana. Luego todo lo que entra sale de la fábrica.

Las personas que más enferman por los tóxicos son los trabajadores de las fábricas. Muchas de ellas están expuestas a las mínimas condiciones de seguridad. Así que a lo largo del sistema, no sólo perdemos recursos naturales sino qué también humanos.

Las fábricas emiten mucha contaminación. Cuando éstas son advertidas por la comunidad, la mayoría de ellas deciden trasladarse para seguir contaminando en otros países.

La distribución

Esto significa, vender todo lo que hemos producido lo más pronto posible. El objetivo es mantener los precios bajos, que la gente siga comprando y qué el proceso del sistema no pare.

¿Por qué los precios son bajos?

Muy fácil.

Si tú vas a una tienda a comprar una mp3 que cuesta 9,95 euros. No estás pagando por el precio real de su producción, sino que esa cantidad tan sólo refleja el valor del producto siguiendo ciertas estrategias para el recorte de los precios:

Su base fue construida en Sudáfrica
Su plástico fue extraído en Irak
Su montaje fue realizado por una niña de 15 años en China
Su envoltorio de cartón en México

¿A caso todo lo anterior no equivale a los 9,95 euros? La respuesta es no.
En el proceso hay personas que pagaron el recorte por la pérdida de sus recursos naturales.
Otras por exponer su salud al riesgo de la contaminación.
Niños que pagaron por su futuro. Dejaron la escuela para ir a trabajar en una mina de extracción de Coltán. Un mineral que necesitamos para fabricar nuestros electrodomésticos.
Todos contribuyen para que tú puedas comprar un mp3 de 9,95 euros.


El gobierno y las empresas han convertido sus naciones en seres consumidores. La forma en qué se mide nuestro valor es en qué cantidad contribuimos para mantener el sistema en continuo funcionamiento. Del 100 % de los productos que fabricamos, solo el 1% es materia útil. El 99 % es basura. Repito, el 99 % es basura.

Cuando se inventó este sistema, hubo un economista listo que dijo:

En nuestra economía tan productiva, requiere que hagamos del consumo un modo de vida, que convirtamos en rituales la compra y el uso de bienes, que busquemos la satisfacción espiritual y nuestro ego en el consumo, necesitamos que las cosas que se consuman, quemen, remplacen, desechen a un ritmo cada vez mayor.

La publicidad y los medios de comunicación

Los anuncios publicitarios te motivan a seguir conectado con el sistema económico. Te hacen sentir infeliz con mensajes que bombardean por distintos canales de comunicación de tipo: Tu cabello es graso, eres gordo, lo que comes no es lo más sano y la ropa que llevas es antigua. Es decir, para ellos, todo está mal. Tú estás mal, no eres feliz  por lo tanto sal a comprar. ¡No llegues tarde a las tiendas! Sé el primero en obtener y tener cada vez más cosas. Lo poco no es suficiente.


Hoy en día nos encontramos en un círculo vicioso absurdo en el que en la mayoría de las veces tenemos dos empleos, llegamos a casa cansados, nos sentamos en el sofá a ver la tele, nos deprimimos porque nos dicen que estamos mal. Así que no nos queda más remedio que salir a comprar. La mañana siguiente vamos a trabajar para obtener dinero, llegamos a casa cansados, nos sentamos en el sofá a ver la tele, nos deprimimos porque nos dicen que estamos mal. Así que no nos queda más remedio que salir a comprar. La mañana siguiente vamos a trabajar para obtener dinero, llegamos a casa cansados, nos sentamos en el sofá a ver la tele, nos deprimimos porque nos dicen que estamos mal. Así que no nos queda más remedio que salir a comprar. Por lo pronto esto se convierte en un trabajar, mirar y gastar.


La disposición

La última estación del proceso es tirar todo lo que no nos sirve a la basura y comprar más y más cosas sin tener en cuenta los impactos sobre el medioambiente. Si no cabe en nuestro país, no pasa nada, otros países nos ayudarán con ella. Si resisten, pediremos ayuda al gobierno con nuestro dinero…etc

Como ves, el sistema económico al que perteneces está en crisis porque hoy en día el ser humano ha agotado sus propios límites para subirse a un tren que va cada vez más deprisa. Afortunadamente hay gente trabajando para defender los bosques, por una producción limpia, gente luchando por el consumo consciente, o bloqueando los procesos financieros de este sistema en declive. Las cosas solo empezaran a cambiar cuando se rompa la estructura de un sistema lineal y los seres humanos podamos ver con transparencia cada una de las fases de un nuevo sistema que vela por la sostenibilidad, el consumo responsable y consciente.




Samad Madkouri








Fuente:The Story of Stuff


martes, 3 de enero de 2012

Hoy en día los humanos no estamos preparados para admirar la belleza de las cosas que nos rodean.

El otro día leí en un artículo del País que Josuah Bell, uno de los mejores intépretes del mundo quiso llevar a cabo un experimento para comprobar si la gente era capaz de estar atenta a percibir cualquier estímulo que derroche cierta belleza, que nos enganche por unos instantes, y así demostrar que el ser humano es efectivamente una auténtica máquina de emociones y sentimientos.

“Viernes, 12 de enero de 2007. Hora punta en una estación de metro en la ciudad de Washington. Un músico toca el violín vestido con vaqueros, una camiseta y una gorra de béisbol. El instrumento es nada menos que un Stradivarius de 1713. El violinista toca piezas maestras incontestables durante 43 minutos. Es Joshua Bell (Estados Unidos, 1967), uno de los mejores intérpretes del mundo. Tres días antes había llenado el Boston Symphony Hall, a 100 euros la butaca. No había caído en desgracia, sino que estaba protagonizando un experimento recogido por el diario The Washington Post: comprobar si la gente está preparada para reconocer la belleza.”
A los 43 minutos habían pasado ante él 1.070 personas. Sólo 27 le dieron dinero, la mayoría sin pararse. En total, ganó 32 dólares. No hubo corrillos y nadie le reconoció. Era una sensación extraña, la gente me estaba… ignorando" Josuah Bell.

Joshua bell en la estación de metro



Joshua Bell interpretando Ave María




Con esta cuestión cada uno sacará sus propias conclusiones. Está claro que hoy en día el ser humano tiene otras cosas más importantes que apreciar la belleza que tiene a su alrededor.



Samad Madkouri